La edición por parte de Ediciones Ignotas del facsímil de la edición original de 1922 de Sexton Blake en Sud América le sirve a Augusto Munaro para releer y ordenar de nuevo las líneas de fuerza de la narrativa porteña. Sólo los ingenuos piensan que el pasado es imamovible.
Entre los años 1893 y 1978, se escribieron alrededor de 4000 historias protagonizadas por Sexton Blake, heróico detective holmesiano. Para tamaña proeza, un ejército de doscientos autores se habían encargado de legar a la posteridad títulos tan extravagantes como adictivos: El traga espadas; Peor que la muerte; El secreto del matón; La casa del horror; El misterio de la fábrica enterrada; La clave de las rupias robadas; El misterio del paracaidista; Fuego en el auto; El cadáver robado; La república de bandoleros; ¿Quién mató al adiestrador Lincoln?… Así, un poderoso imaginario se fue consolidando para transformar a cientos de miles de jóvenes (y fanáticos) lectores, a lo largo y ancho de todo el planeta. Tuvo su etapa de auge, en Argentina, durante los años 30 y 40 del siglo pasado, cuando la popular editorial Tor se encargó de seriar estas aventuras deliciosas, a través de la celebérrima “Biblioteca Sexton Blake”, que alcanzó los 722 números.
Escasos años antes, hacia septiembre de 1922, apareció publicada en la mítica Union Jack: Sexton Blake in South América (No. 988). Casi inmediatamente después, la revista argentina Pucky se encargó de traducirla siendo un éxito de ventas. Sexton Blake en Sud América es una joya por varios motivos. La primera y tal vez más obvia e interesante razón, es que los escenarios en que se desarrollan sus episodios, tienen lugar en tierras nacionales, más precisamente: el sur argentino, en la región del río Chubut. El segundo motivo radica en que al haber sido escrito por un autor británico (se desconoce quién) la representación de Argentina tiene, en verdad, poco que ver con la realidad. La flora y fauna de estos lares resulta mucho más frondosa, y dentro de ella, existen, por ejemplo, pigmeos negroides y traficantes de cocaína con vínculos incaicos. Ahora bien, estas inconsistencias -a través de la edición facsimilar que Ediciones Ignotas se ha encargado de exhumar con esmero-, resultan hoy lisa y llanamente fascinantes puesto que operan como un componente adicional de tinte surrealista. Las imprecisiones juegan a favor, ya que envuelven a las escenas con un curioso extrañamiento, transformando a cada uno de los ocho capítulos, en una experiencia cuasi onírica. En ese sentido A tiro limpio de Boris Vian, y los intrépidos relatos de Copi estarían en deuda con esta hipnótica historia. Narraciones desencadenantes, y ágiles operaciones a favor de la libertad creativa, se desprenden de lo verosímil con absoluto y feliz misterio.
¿Pero en qué consiste precisamente este relato electrizante de variadas y peligrosas aventuras donde figuran, el famoso investigador londinense, su ayudante Tinker y otros, en busca de un plesiosaurio rojo, por el Sud Argentino? Además de lo que intenta englobar la pregunta sobre una expedición en busca de un gigantesco monstruo antediluviano, el argumento está enmarcado con otros misterios adicionales, como el descubrimiento de la guarida de unos perversos traficantes de droga; la investigación sobre el paradero de una joven raptada, con la intervención, claro, del propio rival de Scotland Yard y de Sir Richard Losely, y del alegre negro Lobangu. Lo admirable de esta nouvelle, es la velocidad para ir al meollo de sus episodios sin demorarse mucho, con esa endemoniada facilidad que admite la imaginación. Cada peripecia sucede con la mayor naturalidad: más allá de las plantaciones de coca (sic); zonas pantanosas entre espinosos matorrales y momias -sin menospreciar la presencia de “un montón de negritos y negritas que danzaban como los gnomos de los cuentos de hadas”-; la aventura vertebra todo el relato. ¿Tribus de pigmeos en territorio mapuche, dijimos?, ¿por qué no?
A casi un siglo de su aparición original, hoy la exquisita edición facsimilar de la revista Pucky, vuelve a deslumbrar a sus lectores. Bellamente ilustrada con los dibujos de época, incluyendo además para esta nueva edición, un inestimable prólogo firmado por el experto sobre rarezas bibliófilas y folletinezcas, el gran Pepe Muñoz.
Augusto Munaro. Argentino. Publicó los libros Ensoñaciones: Compendio de Enrique de Sousa (RyC editora), El cráneo de Miss Siddal (Pánico el Pánico), Recuerdos del soñador evasivo (Alción editora), Cul-de-sac (Ediciones La Carta de Oliver), Todo sea por la excepción (Letra Viva), Gesta Cornú (Editorial Lisboa), Breve descripción de una |sepultura| (Tinta China), Noche soleada (Ediciones la yunta), Camino de las Damas (Expreso Nova Ediciones), [Hna. Paula] (El 8vo. loco ediciones), Agnès & Adrien (Colisión Libros), Vida de Santiago Dabove (Ivan Rosado), Islandia (Voria Stefanovsky Editores), A la hora de la siesta (Borde Perdido Editora), Arletty (Julieta Cartonera), Celuloide (Minibus Ediciones), El baile del enlutado (Gigante) y La página infinita (Clara Beter).
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